Cuenta con el trabajo de investigación y preservación paleontológica de especialistas del CONICET y busca promover el turismo y la divulgación científica en la región.
En Malargüe, provincia de Mendoza abrió sus puertas el primer parque Cretácico Municipal “Huellas de Dinosaurios” de Argentina que cuenta con el trabajo de investigación y preservación paleontológica de especialistas del CONICET. El parque busca promover el turismo y la divulgación científica en la región.
Con una superficie de setecientas hectáreas el parque posee valor científico internacional y cuenta con más de cuatrocientas huellas, principalmente producidas por titanosaurios y terópodos, y restos óseos de diversos vertebrados, registrando las faunas y ambientes tanto continentales como litorales de fines del Cretácico, antes de la extinción de la mayoría de los dinosaurios.
Los yacimientos de huellas de dinosaurios del parque (formaciones Anacleto y Loncoche) fueron descubiertos por Bernardo González Riga, investigador del CONICET en el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO) y director del Laboratorio y Museo de Dinosaurios de la FCEN-Universidad Nacional de Cuyo (LyMD). Estos hallazgos, efectuados entre los años 2006-2011, fueron el resultado de diez años de exploraciones previas en la región.
“Siento una gran alegría como descubridor de los yacimientos de huellas del parque dado que la paleontología como ciencia, es disfrutada con entusiasmo por toda la sociedad. Sin duda, esto es posible gracias al CONICET, quien posibilitó las exploraciones y descubrimientos. Es el resultado de un trabajo comprometido e incansable de distintos especialistas, soñando juntos esta utopía”, comentó el científico.
En 2008, González Riga junto con Mercedes Prámparo, investigadora del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCUYO-Gob.Mza), presentaron el proyecto de creación del “Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios” e impulsaron un convenio de cooperación tripartito entre el CONICET, el Gobierno de Mendoza y la municipalidad de Malargüe. En el año 2010, este municipio declaró al sector como Parque Municipal. De esta manera, se forjaron las primeras etapas de preservación patrimonial del parque.
Los trabajos de investigación se dividieron en dos etapas, la primera liderada por González Riga (entre los años 2006 y 2016), donde se descubrió al icnotaxón “Titanopodus mendozensis” que significa “pie de los titanes de Mendoza” de 72 millones de años de antigüedad (Ma). Sus huellas, producidas por saurópodos titanosaurios -herbívoros de cuello largo de 10 a 14 m de longitud- fueron importantes para efectuar novedosos estudios de velocidad en función de esqueletos articulados. Además, se realizaron estudios paleopalinológicos que permitieron conocer la escasa vegetación que se desarrollaba en esos ambientes marino-marginales asociados a la transgresión marina atlántica acaecida a fines del Cretácico.
En una segunda etapa, ejecutada desde el año 2017 a la actualidad, María Belén Tomaselli, investigadora del CONICET en el ICB, lideró los trabajos de investigación y preservación, especializándose en Paleoicnología. En este período se ampliaron los estudios en la Formación Loncoche, donde se descubrieron nuevas huellas y realizaron trabajos para analizar tipos de paso, un desplazamiento en manada e interpretaciones paleoecológicas para los productores de las huellas Titanopodus. A su vez, se descubrió un nuevo icnotaxón en la Formación Anacleto, el segundo para el parque, denominándolo “Teratopodus malarguensis” que significa “pies monstruosos de Malargüe”, de 80 Ma.
“´Huellas de Dinosaurios´ constituye el único parque en su tipo para la Argentina. Las huellas y restos óseos que aquí se han preservado corresponden a los últimos dinosaurios y faunas asociadas que habitaron nuestro planeta. El contexto geológico también es importante, dado que las huellas se fosilizaron en dos paleoambientes distintos, las primeras (Teratopodus) en el continente y las siguientes (Titanopodus) –11 millones de años después–, en un delta de un sistema marino-marginal. Finalmente, y no menos importante, es el único parque de dinosaurios que ha sido traccionado por los investigadores del CONICET y de la FCEN-UNCUYO que descubrieron y estudian sus fósiles”, comentó Tomaselli.
Desde el año 2006, las tareas de preservación en las huellas han sido realizadas por el equipo de investigación integrado por los técnicos del CONICET Marcelo Bourget y Cristian Sancho (IANIGLA) entre los años 2006 y 2011, y a partir de ese año por los técnicos Juan Pedro Coria, Claudio Mercado (LyMD) y Germán Sánchez Tiviroli (ICB), con la colaboración de alrededor de cuarenta y cinco estudiantes de grado, en más de treinta campañas de campo.
Fue clave para la inauguración del parque la ejecución del proyecto denominado “Desafíos en un museo a cielo abierto: Parque Municipal Cretácico Huellas de Dinosaurios”, dirigido por Tomaselli y el investigador del CONICET en el ICB, Leonardo Ortiz David, directora y codirector del proyecto, respectivamente.
Actualmente, el equipo de investigación del LyMD continúa realizando tareas de preservación patrimonial, así como estudios sobre nuevas huellas y restos óseos asociados, los que permiten comprender mejor los ecosistemas de fines del Cretácico ampliando el conocimiento de lo que allí sucedía hace 83 – 72 millones de años.